jueves, 4 de mayo de 2017

Realidad virtual ayuda a entender mejor los procesos cognitivos de los humanos

Gema Climent trabajó durante años como neuropsicóloga en el ámbito clínico. En 2008, decidió crear la empresa Nesplora, con sede en San Sebastián.

Según comenta a Sinc, el objetivo es aplicar tecnologías emergentes, como la realidad virtual, para enriquecer los test de análisis de la conducta y de los procesos cognitivos

—¿Por qué decidiste utilizar la realidad virtual en test cognitivos?

—Nos dimos cuenta que la mejor forma de evaluar un procesamiento cognitivo era usando entornos con muchos estímulos, que fueran más allá de los test psicológicos clásicos de lápiz y papel y se parecieran más a lo que sucede en el mundo real. La herramienta que más se puede aproximar a esto es la realidad virtual, que nos permite entender mejor cómo procesa el cerebro. Fue así como empezamos a desarrollar productos como AULA, que ayuda a diagnosticar el déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Lo lanzamos hace cuatro años y hoy ya se vende en 21 países, además de haberse probado con 30.000 niños.

—¿Cómo funciona AULA?

—Este sistema analiza el comportamiento de niños de entre 6 y 16 años usando un escenario de un aula virtual. La herramienta es percibida como un juego, en el que el niño ejecuta determinadas tareas con las distracciones típicas de una clase. La prueba evalúa factores que determinan la existencia de TDAH y otros trastornos de base "atencional" y perceptiva, como atención sostenida, impulsividad, atención dividida (visual y auditiva), actividad motora y tendencia a la distracción —mediante un sensor de movimiento—. Después del test, el sistema devuelve un informe que ayuda al clínico a realizar un diagnóstico más preciso y con garantías. AULA está considerada en el mundo como la única herramienta estandarizada de evaluación de TDAH, con multitud de estudios publicados en revistas científicas que así lo acreditan.

—¿Qué características tiene el software?

—El software de Nesplora puede funcionar con cualquier ordenador y en cualquier gafa de realidad virtual. Aunque ahora lo estamos usando con las gafas inalámbricas de Samsung porque es una tecnología muy compacta y cómoda de usar. Desarrollamos entornos simulados hechos con Unity, que es un motor gráfico muy potente. Mediante el software se ejecuta una tarea adecuada para lo que queremos medir dentro de un entorno asociado, de acuerdo siempre con los principios de la neuropsicología.

—¿Qué líneas de producto están desarrollando y en qué áreas?

—Este mes tenemos previsto lanzar un nuevo producto para medir la atención en adultos, la función ejecutiva y la memoria de trabajo. Se llamará Aquarium, porque el escenario que hemos elegido es un acuario. Será el primer test mundial que mida esas funciones en un entorno objetivo y multitarea y podrá detectar deterioro cognitivo, problemas de atención, depresión, ansiedad o esquizofrenia, entre otras. Medirá también flexibilidad y capacidad de concentración, impulsividad y perseveración. Ya lo hemos probado con 700 personas y queremos llegar a 3.000, con edades que van de los 16 a los 90 años.

—Y también habéis trabajado en el ámbito del acoso escolar…

—Sí, en este caso es un videojuego llamado Monité, dirigido a niños de entre 6 a 11 años. Creemos que es la mejor edad para enseñarles a evitar ese tipo de conducta y aprender a ponerse en el lugar del otro. Se trabajan valores como la empatía, el respeto, la asertividad y la resolución de conflictos de un modo preventivo.

—El programa europeo Horizonte 2020 ha concedido 1,4 millones de euros a Nesplora para el proyecto VRMIND, ¿en qué consiste?

—Es un instrumento PYME en fase II de Horizonte 2020 que nos ha otorgado la Comisión Europea por haber realizado una innovación disruptiva en el sector de la neuropsicología. VRMIND dará un impulso tecnológico a nuestros productos AULA y Aquarium y a otros dos que estamos desarrollando. Uno de ellos medirá varios tipos de memoria y el otro, el deterioro cognitivo leve, relacionado con enfermedades concretas y con inicio de demencia. El proyecto comenzó en enero de este año y finalizará en diciembre de 2018.

—¿Con cuánta gente se probarán las distintas herramientas?

—Los cuatro productos se probarán con unas 12.000 personas, gracias a colaboraciones nacionales e internacionales. Se llevarán a cabo en EEUU, en varios países europeos y en Latinoamérica. Ya tenemos unos 20 colaboradores y llegaremos hasta 100, entre los que habrá universidades y centros de investigación que nos van a apoyar tanto con los estudios clínicos como normativos.

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